Actualmente, la nueva era educativa, en la que la conectividad y la alimentación escolar son necesarias en el sector público, aún no se logra cubrir en su totalidad a estudiantes de la zona rural, pese a que Lasso está próximo a cumplir su primer año comandando al país. Muchos planteles del país no han completado su planta de docentes. También se ofrecieron programas de excelencia para las futuras generaciones de profesores y la escuela digital de capacitación, para mejorar el nivel de dominio de las tecnologías de la información, pero eso sigue pendiente.
Menos del 40% de educadores parvularios, educación básica y bachillerato poseen estudios de cuarto nivel y desde el Ministerio no se han impulsado las políticas para que los docentes incursionen en estudios de formación pedagógica. Para la educación superior, el Gobierno ofreció reformar la ley para eliminar la Senescyt y el Test Trasformar, que limitan el ingreso a las universidades. Nada de eso se ha cumplido.
La Senescyt regula el acceso de los bachilleres a las universidades públicas a través del examen selectivo Transformar. Ellos no logran ingresar porque la postulación de jóvenes es el doble de los cupos disponibles en el país.