En el tercer piso del mercado municipal algunos locales están cerrados, los arrendatarios decidieron pasarse a la planta baja para vender sus productos. Sin embargo aún quedan vendedores de lácteos, carne, pollo y pescado. Rosa Catota se trasladó hace unos 15 días, ella vende pollos. Indica que con el cambio, sus ventas se duplicaron.
La crítica situación obligó también a Martha Paguay a seguir el ejemplo de sus compañeros, ella vende carne y se trasladó hace 8 días a la planta baja, pero en su local, aún sigue manteniendo los congeladores y el resto del producto.
Aquí algunos comerciantes ubicaron sus puestos con el objetivo de que el producto se venda y obtener mayores ganancias, pero están a la espera de una reubicación permanente en la planta baja, caso contrario, amenazan con tomarse las calles:
Los comerciantes de verduras y frutas manifestaron que comprenden la situación por la que atraviesan sus compañeros, pero temen que la carne, pollo y pescado, traigan malos olores.